Los Arribes del Duero, esa maravilla de la naturaleza, una más, que podemos disfrutar a muy poca distancia de Madrid.
Unos días de vacaciones en familia, con niños, para disfrutar de uno de los paisajes más hermosos del planeta, y del medio rural, sus gentes y sus costumbres.
Muchos son los maravillosos parajes que tiene la península ibérica pero desde luego, el Parque Natural de los Arribes del Duero (Parque Internacional en la zona Portuguesa), forma entre ambos unos de los Parques Naturales más grandes de Europa, y posiblemente de los más hermosos que hayamos visto.
El viaje estaba programado para cuatro días completos aunque se hubiesen necesitado al menos 7 días para verlo todo bien. No obstante, al ir con niños y abuelos, tampoco podíamos tentar a la suerte.
Los Arribes son el resultado de un accidente topográfico producido por el profundo encajamiento del río Duero y su red de afluentes, que siguiendo las fallas han labrado gargantas de paredes casi verticales en su zona más baja que alcanzan los varios centenares de metros de profundidad. Se extienden a lo largo de unos 100 Km y hace las veces de línea fronteriza entre ambos países. Sus aguas lógicamente se consideran internacionales.
A lo largo de todos los Arribes se encuentran varias presas o saltos, desde Castro hasta Barca D'Alva. Nosotros visitamos tres zonas, Miranda do Douro, Aldeadávila y Saucelle.
El primer día, aprovechamos para comer y ya de paso Visitar Toro, villa natal del Padre de la Reina Isabel la Católica, Juan II de Castilla, que nació en 1405. Destacar sobre todo la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, con su portada norte y sus cuatro arquivoltas de medio punto y la pieza más valiosa del templo, la ·Virgen de la Mosca". Otras Iglesias como la de San Lorenzo el Real, de estilo Mudéjar, el Arco del Reloj, el Alcázar, el paseo del Espolón con su puente Romano son otros atractivos de esta hermosa villa castellana. Al finalizar la tarde, llegamos a nuestro alojamiento, en Atenor, ya en la parte portuguesa, alojamiento del que hablaremos más adelante.
Jornada 2
El segundo día, hicimos la Ruta 2 de nuestra Guía, pasando por Fermoselle y Aldeadávila de la Ribera que pese a estar a más de 70 Km, y atravesando carreteras sinuosas con interminables curvas, merecía la pena. La primera parada fue el Mirador del Fraile, desde donde pudimos contemplar la presa de Aldeadávila y una de las zonas más escarpadas de los Arribes. Justo en la curva anterior de la carretera que baja al mirador, hay un pequeño aparcamiento, donde para no alterar con ruidos y contaminación innecesaria es recomendable dejar el vehículo y bajar los 50 metros que lo separan del mirador. Las vista son más que espectaculares.
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Presa de Aldeadávila |
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Mirador de Los Frailes |
Muy cerca, de vuelta al pueblo, tenemos a la Izquierda la entrada a un camino rural que se bifurca en dos, a la Izquierda hacia Los Llanos de la Bodega, un parque con bancos y mesas de piedra que te permiten hacer una parada técnica bajo las sombras de sus árboles, antes de emprender el sendero pedregoso, que sale del camino de la derecha, hacia el siguiente punto, el Picón de Felipe, desde donde las vistas son aún más espectaculares. Son varias las leyendas de este mirador y su protagonista, Felipe.
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Mirador del Picón de Felipe |
De vuelta, y dado que eran las fiestas patronales de Aldeadávila, paramos a comer en el Hotel Restaurante Santa Cruz, a las afueras de Masueco. Como eran las fiestas no había menú aunque aun así, la relación calidad precio fue muy buena.
Finalmente, pasamos la tarde en Fermoselle, disfrutando de sus cuestas y callejuelas, la antigua muralla, su Iglesia parroquial del siglo XII, la Casa del Parque, el Castillo de Doña Urraca y su mirador, desde donde se puede apreciar todo el Valle.
Jornada 3
El tercer día (Ruta 1 de la Guía), teníamos programada la excursión en barco por el río. Previamente habíamos sacado las entradas por la página web oficial (www.europarques.com), recomendable 100 % ya que cuando llegas suele haber bastante gente y con las entradas compradas on line entras directamente sin esperar colas.
Aunque son varias las empresas que realizan estos cruceros a lo largo de los Arribes, nos declinamos por el que salía desde el embarcadero de la Estación Biológica Internacional – E.B.I. en Miranda do Douro.
El Navío-Aula se adentra en un tramo importante del Parque, tanto por la verticalidad de sus acantilados, como por el gran número de proyectos ambientales desarrollados en cooperación Hispano-Lusa. Una guía especializada, te va explicando las distintas zonas por las que transcurre el crucero, su fauna, su vegetación, e incluso coge una muestra de plancton del propio río para analizarlo en el microscopio y podernos enseñar a través de un monitor, las distintas especies que podemos encontrar.
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Recorrido del Crucero |
Ya de vuelta, te permiten salir a las cubiertas que dispone el barco para contemplar el entorno.
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Recorrido del Crucero |
Tras la excursión tienes una cata de vinos de oporto (nada recomendable si conduces), y una exhibición de aves que tienen protegidas, entre las que cabe destacar el búho real. Ideal para los niños que incluso los hacen partícipes con alguna especie algo más pequeña.
A la hora de la comida, en Miranda do Douro son varios los lugares donde se puede comer bien, principalmente bacalao y ternera mirandesa, aunque da la sensación que los mejor valorados años atrás, han dejado de dar un buen servicio. No recomiendo bajo ningún concepto el Restaurante Jordao, en la calle peatonal y comercial de Miranda, sitio elegido por nosotros y que tras horas de espera a la mesa que teníamos reservada, dentro de un caos organizativo, ni el servicio ni la calidad de la comida estuvo a la altura de lo esperado.
Pasado este mal trago, nunca mejor dicho, Miranda do Douro ofrece un casco histórico precioso, con calles peatonales que permiten disfrutar de la arquitectura de sus blancas casas. Cabe destacar dentro del recinto amurallado, del que queda bastante poco y en mal estado, la concatedral del siglo XVI, que fue Catedral y sede episcopal hasta finales del siglo XVIII cuando ésta fue trasladada a la ciudad de Braganza.
Como colofón a una jornada extraordinaria sacamos fuerzas para visitar en Aldeia Nova, el Mirador de São João das Arribas, y más al sur de Miranda, el Mirador de Picote, con su presa.
Jornada 4
El cuarto día, los anfitriones de nuestra casa rural, nos ofrecieron hacer una excursión gratuita para ver los distintos tipos de aves que nos podemos encontrar en la zona, además de algunos miradores. Como físicamente no estábamos para hacer grandes rutas de senderismo, decidimos ver la zona sur de los Arribes (Ruta 3 de la Guía), para lo que nos recomendaron distintos miradores donde poder observar estas aves, principalmente los buitres.
El primero de ellos fue el Mirador de Carrascalinho. Se llega camino de Freixo, nada más salir de Lagoaça, hacia Fornos, donde aparece una estrecha carretera a la izquierda con una pequeña señal indicándolo, por la que al cabo de unos 5 Km llegamos al mirador. Además de las espectaculares vistas pudimos avistar vuelos de distintas aves, principalmente el Águila Real y el Buitre Leonado.
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Mirador de Carrascalinho |
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Penedo Durão |
El siguiente mirador, Penedo Durão, se encuentra pasado Freixo y antes de llegar a Poiares. El mirador, con la presa de Saucelle al fondo, tiene mesas y bancos, que se reparten en distintas terrazas a diferentes alturas. Justo debajo, hay un comedero de buitres, lo que permite visualizar a una gran cantidad de estas majestuosas aves, a y distancias que parecen puedas tocarlas.
El Alojamiento elegido, en la zona portuguesa, en Atenor, fue la Casa da Ti Cura, una finca rural con varias casas con todo lo necesario para poder pasar unos días fantásticos. Todas las casas disponen de salón comedor, cocina totalmente equipada, y habitaciones con baño incluido.
Sus dueños, José y Bárbara, son unos excelentes anfitriones, que cuidan hasta el último detalle para hacerte sentir como en casa. Su amor por la naturaleza, los animales y el entorno hacen que disfrutes y aprendas al máximo durante tu estancia.
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Casa Rural da Ti Cura |
El desayuno está incluido, por lo que cuando llegas tienes leche de la zona, zumos de varios sabores, huevos, queso de cabra, mantequilla, mermeladas hechas por ellos mismos, miel y todas las mañanas te dejan un bollo de pan de pueblo, recién horneado, para que te puedas hacer tostadas. Además uno de los días, José y Bárbara tuvieron el detalle de hacernos un bizcocho de pasas que hizo las delicias de toda la familia.
La finca tiene zonas para relajarte viendo el paisaje o leyendo sentado en una hamaca, o para lo más peques, puedes dar de comer a los 13 burros mirandeses que crían.
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Burros Mirandeses |
La verdad es que han sido unos días fantásticos, llenos de excursiones, descanso, buena comida y por suerte buen tiempo.
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