Polonia, es sin lugar a dudas un País que pese a las continuas ocupaciones que ha sufrido a lo largo de los últimos siglos, ha sabido recomponerse, convirtiéndose en uno de los países de la Unión Europea con una economía más potente y un gran desarrollo humano.
Una escapada para ver Polonia, y más concretamente Cracovia y Varsovia, así como sus alrededores, con excursiones a Auschwitz y las Minas de Sal, todo ello en 6 días.
Jornada 1
Pese a que Cracovia tiene Aeropuerto decidimos volar a Varsovia para aprovechar y poder ver la capital. Realmente, en cuanto a coste pese a que el vuelo es sustancialmente más barato, al tener que alquilar un vehículo y tener que conducir unas 4 o 5 horas hasta Cracovia, hay que valorar ambas alternativas.
Nosotros lo decidimos así para aprovechar el viaje de ida a Cracovia y poder ver el Santuario de Czestochowa. Es importante en la salida/circunvalación de Varsovia, coger el desvío a LEDZ ya que si sigues las indicaciones de Krakow, la carretera es algo peor, unido a la peligrosidad de las obras y sobre todo a la amenaza de los radares móviles que la policía polaca lleva consigo, cual pistolón o escopeta, apuntando sobre tu vehículo desde la distancia, pudiendo con ello "pillarte" y ponerte una buena multa. Por ello, por todas las poblaciones, no se puede ir a más de 50 Km/h y en el resto, dependiendo de la zona, a 70, 90 o 100 Km/h.
Si decidimos ir por la carretera hacia Ledz, a 10 Km antes de llegar a Czestochowa, se encuentra Restauracja Odlot, un avión restaurante montado en un antiguo avión IT-18, donde podrás tomarte un café o comer en mesas montadas en el interior del avión.
Si decides solamente hacerte una foto y seguir el viaje, puedes llegar a Czestochowa, Capital Religiosa de Polonia, y centro de peregrinación no solo desde cualquier parte del país, sino de todo Centro Europa.
Destaca lógicamente el Monasterio Paulino de Jasna Góra (o "Montaña Clara"), donde se encuentra la famosa imagen de la Virgen Negra de Czestochowa, ubicada desde el siglo XV.
Muy cerca se encuentran el Restaurante Casa Juan y el Restaurante Jurasca, donde se puede comer muy bien y barato.
Nosotros lo decidimos así para aprovechar el viaje de ida a Cracovia y poder ver el Santuario de Czestochowa. Es importante en la salida/circunvalación de Varsovia, coger el desvío a LEDZ ya que si sigues las indicaciones de Krakow, la carretera es algo peor, unido a la peligrosidad de las obras y sobre todo a la amenaza de los radares móviles que la policía polaca lleva consigo, cual pistolón o escopeta, apuntando sobre tu vehículo desde la distancia, pudiendo con ello "pillarte" y ponerte una buena multa. Por ello, por todas las poblaciones, no se puede ir a más de 50 Km/h y en el resto, dependiendo de la zona, a 70, 90 o 100 Km/h.
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Restauracja Odlot |
Si decides solamente hacerte una foto y seguir el viaje, puedes llegar a Czestochowa, Capital Religiosa de Polonia, y centro de peregrinación no solo desde cualquier parte del país, sino de todo Centro Europa.
Destaca lógicamente el Monasterio Paulino de Jasna Góra (o "Montaña Clara"), donde se encuentra la famosa imagen de la Virgen Negra de Czestochowa, ubicada desde el siglo XV.
Muy cerca se encuentran el Restaurante Casa Juan y el Restaurante Jurasca, donde se puede comer muy bien y barato.
La primera jornada, termina llegando al Hotel de Cracovia.
En nuestro caso, después de barajar alternativas, nos decidimos por un hotel de 4 estrellas, el Hotel Sympozjum, que aunque algo alejado del centro (3 o 4 Km del Casco Histórico), nos permitió aparcar el coche gratuitamente en el parking del Hotel, y poder movernos cada vez que íbamos al centro en el tranvía número 52 o 18 cuya parada se encontraba prácticamente en la misma puerta, y que por 3,80 PNL y 15 minutos, te presentabas en la misma Stare Miasto.
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Tranvía de Cracovia |
Además de la ubicación, a la que hay que añadir la cercanía (30 metros) de un macro centro comercial (TOSCO), de similares características a Carrefour o Auchan, y donde hasta incluso tenías una oficina de cambio de moneda.
Cabe destacar del hotel el buen servicio de recepción, con un equipo de buenos profesionales, que con la amabilidad, educación y predisposición que en general se respira a lo largo y ancho del país, te permiten solventar cualquier duda sobre los lugares y excursiones a realizar.
Jornada 2
El segundo día en Polonia, estaba reservado para visitar la ciudad de Cracovia, por lo que aprovechando la comunicación del transporte público en la ciudad, principalmente el servicio de Tranvía, que por 3,80 PLN te lleva durante 90 minutos por toda una zona de la ciudad.
Y así, cogiendo la línea 52 en la parada junto al hotel donde nos alojábamos, en 15-20 minutos, estábamos en el mismo centro de la ciudad, junto al Casco Histórico y la plaza del Mercado, primera y principal para de la mañana.
La Plaza del Mercado, realmente es espectacular. Una plaza de enormes dimensiones, dividida con su Mercado o Lonja de Paños en el centro, dentro del que se encuentra precisamente una especie de centro comercial, con puestos de todo tipo de souvenir.
En el exterior del mercado, así como en todo el perímetro de la plaza se distribuyen los distintos locales de restauración, donde más o menos al mismo precio podrás degustar con algún aire comercial, los platos típicos de Polonia, como el Zurek o el Pierogi.
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Pierogi y Cazo de Zurek. |
Como parte de la arquitectura de la plaza hay que mencionar la Torre del Antiguo Ayuntamiento, pero sobre todo la Basílica de Santa María.
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Arriba: Mercado o Lonja de Paños, Torre del Antiguo Ayuntamiento. Abajo: Basílica de Santa María,y Plaza del Mercado. |
El último monumento de la Plaza del Mercado, es la Iglesia de San Adalberto, un pequeño templo románico que alberga un cuadro de San Adalberto.
Desde la Plaza, hacia el norte se accede a través de una calle peatonal hasta los restos de la muralla y la Barbacana.
Por el sur de la plaza se puede ir hacia el Castillo, atravesando los Jardines de Planty, y no sin antes de pasar por un par de iglesias, la de San Pedro y San Pablo, y la de San Andrés.
Finalmente, llegamos al Castillo de Wawel, que pese a su originario estilo románico del siglo XI, no se conserva prácticamente nada y durante los siguientes siglos ha sufrido infinidad de obras, la más importante en el siglo XIV, ordenada por el Rey Casemiro El Grande.
Hoy en día, el Castillo alberga el Museo Nacional de Arte,
incluyendo el Tesoro de la Corona y la Armería, los Apartamentos Privados de
los Reyes, los Salones de Estado, la exposición arqueológica Wawel Perdido, la
Cueva del Dragón, la Torre Sandomierska o el Museo de Arte Oriental, y cuyo acceso y coste es independiente (Ver Guía).
Así mismo se puede visitar la Catedral de San Wenceslao, lugar de coronación de los Reyes de Polonia.
Para finalizar la visita es imprescindible bajar por un lateral de la muralla a la Cueva del Dragón, símbolo de Cracovia. A la salida, junto a la rivera del Río Vístula, se encuentra una escultura del Dragón, que periódicamente expulsa fuego de real.
Tras otro agradable paseo por las orillas del río Vístula, nos introducimos en nuestro último destino, el Barrio Judío de Kazimierz. Recorrer sus calles llenas de historia y magia, hacen que te transportes a otra época, ya que fue construido por el Rey Casimiro el Grande en el siglo XIV, como barrio o ciudad independiente fuera de las murallas del Castillo. En él nos encontraremos con varias sinagogas, entre las que destaca la Vieja Sinagoga, datada en el 1500. En 1941, el barrio entero fue vaciado por las tropas nazis, deportando a más de 60.000 judíos al cercano Auschwitz.
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Barrio Judio de Kazimier |
El tercer día lo dedicamos prácticamente íntegro a visitar las Minas de Sal de Wieliczka. Nombradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad por ser el segundo yacimiento de sal más antiguo de Europa.
La primera vez que se abrieron al público fue en el siglo XV. Los turistas pueden visitar unos 3 Km aproximadamente de los más de 350 que tiene la mina, donde se podrán ver capillas, lagos, maquinaria de la época, esculturas, etc... Hoy en día es uno de los monumentos más visitados.
Para visitarlo, recomiendo en primer lugar ir tempranito, sobre las 9:00 o 9:30. Cuando llegas te encuentras varios aparcamiento no oficiales con personas que te indican por dónde tienes que entrar. Sinceramente los precios no son mucho más baratos que el parking oficial dentro del propio recinto de las Minas (unos 50 PLN por 7 horas). Aunque lleguéis pronto, podéis dar un paseo por los jardines y visitar unos puestos de souvenir que se encuentran junto a la puerta peatonal principal.
Las entradas se pueden comprar en el mismo recinto pero yo personalmente recomiendo reservarlas previamente por la página web, ya que hay grupos en todos los idiomas a lo largo del día, y en Castellano suelen ser a las 11:15 y a las 16:15. Eso sí, cuando llegues, tienes que ir a la caseta que se encuentra junto a la puerta norte, para que te den las entradas y por 10 PLN más, una pegatina para poder hacer fotos.
Una vez dentro, y habiendo bajado los primeros 54 pisos de escaleras, comienzas un recorrido por pasillos a más de 100 metros de profundidad, observando esculturas, salas gigantescas, capillas, etc... Una verdades maravilla, desde la Cámara de Nicolás Copérnico, la Capilla de San Antonio, Cámara de Casimiro el Grande, Cámara de Pieskowa Skala, Capilla de Santa Kinga, Cámara de Michalowice, Cámara Weimar, Cámara Warszawa.
Es en la Capilla de Santa Kinga, donde pudimos presenciar una interpretación espontánea de un coro que justamente estaba visitando las minas en ese preciso momento. Espectacular el sonido.
En la propia Mina, hay bares, restaurantes, etc.. donde a un precio no mucho más elevado que en la superficie, se puede comer a la par que descansar después de casi 4 horas andando por la mina.
Al finalizar la jornada, y de vuelta al hotel, todavía quedaron algunas fuerzas para visitar un Monasterio de Padres Benedictinos, situado en la cercana población e Tyniec, y construido sobre lo alto de unas rocas a orilla del río Vístula y que fundado por el Rey Casimiro I data del siglo 1044.
Jornada 4
El cuarto día lo dedicamos a visitar Auschwitz y el pueblo natal de Juan Pablo II, Wadowice.
Al igual que el día anterior, merece la pena madrugar y llegar prontito, sobre todo para aparcar en el parking que se encuentra frente a la entrada principal. Puedes estar todo el día por aproximadamente 10 PLN, por lo que merece la pena.
Lo mejor para visitar tanto Auschwitz I y Auschwitz-Brikenau, es reservar una visita guiada en Castellano, ya que merece la pena que te expliquen aspectos que solamente estudiosos de la materia pueden ofrecer.
Importante destacar para no tener problemas en el control de entrada, llevar una mochila pequeña, muy pequeña, ya que de lo contrario no podrás meterla y tendrás que dejarla en consigna por un módico precio de 4 PLN. Como ejemplo el tamaño idóneo es la mochila de 10 L o poner una hoja DIN A4 junto a la misma.
La visita comienza con una visita al Campo Auschwitz I, donde se encuentra el museo distribuido por muchos de los barracones que son visitables. Debido a que no les dio tiempo a los nazis a destruirlo, dada la cercanía de las tropas rusas, el campo está en un estado de conservación extraordinario.
Un dato curioso es la fecha en la que oficialmente comenzó la actividad en el Campo de Auschwitz, el 14 de Junio de 1940, con la llegada del primer tren con presos de las cárceles de Tarnow.
La visita comienza con una visita al Campo Auschwitz I, donde se encuentra el museo distribuido por muchos de los barracones que son visitables. Debido a que no les dio tiempo a los nazis a destruirlo, dada la cercanía de las tropas rusas, el campo está en un estado de conservación extraordinario.
Un dato curioso es la fecha en la que oficialmente comenzó la actividad en el Campo de Auschwitz, el 14 de Junio de 1940, con la llegada del primer tren con presos de las cárceles de Tarnow.
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Auschwitz I |
Hoy he llorado!
Y hacia tiempo que no lo hacia.
Y hacia tiempo que no lo hacia.
Pero hoy he llorado porque...
He visto el horror.
He sentido el mal.
He vivido la degradación del ser humano.
He sentido el terror.
He comprobado el genocidio.
Hoy he llorado porque...
he visto Auschwitz.
No puedo comprender como se pueden llegar a hacer cosas así.
Como el ser humano puede llegar a ser, tan inhumano.
Todos deberíamos ver un Auschwitz,
He visto el horror.
He sentido el mal.
He vivido la degradación del ser humano.
He sentido el terror.
He comprobado el genocidio.
Hoy he llorado porque...
he visto Auschwitz.
No puedo comprender como se pueden llegar a hacer cosas así.
Como el ser humano puede llegar a ser, tan inhumano.
Todos deberíamos ver un Auschwitz,
alguna vez en nuestra vida,
para aprender lo que jamás se debería hacer.
para aprender lo que jamás se debería hacer.
Para valorar la vida y su sentido.
Seguro que eso nos hace ser en el fondo mejores personas,
Seguro que eso nos hace ser en el fondo mejores personas,
Tras casi 3 horas de visita, salimos con la guía, y fuimos a coger el autobús lanzadera que gratuitamente te lleva al Campo Auschwitz-Birkenau, cuya entrada es gratuita pero que también merece la pena hacerla con guía.
Entrada de Auschwitz-Birkenau |
Lo primero que podemos ver, además de la mítica entrada al campo, a través de las vías del ferrocarril por donde llegaban todos los días cientos de presos de todas las partes de Europa, afinados en vagones de tren, se pueden visitar los interiores de barracones tanto con literas, como letrinas, etc...
Barracones y zonas delimitadas por alambradas |
Según avanzamos por las vías, interminables, podemos observar a ambos lados y dentro de cientos de alambradas electrificadas, los restos de decenas de chimeneas, única señal que queda de la destrucción intencionada de los nazis poco antes de abandonar el campo tras el avance de las líneas rusas.
Cuando llegamos prácticamente al final del campo, a la bonita zona arbolada y verde, las vías del tren terminan señal indiscutible de que hemos llegado al final, al final del recorrido, al final del viaje, al final de una vida. Llegamos a las Cámaras de Gas y Crematorios. Auschwitz-Birkenau llegó a tener 4 cámaras de Gas con una capacidad de 2500 personas cada una. 2500 personas que engañadas por un futuro de trabajo, por una vida mejor, por algo nuevo, entraban a su último destino sin saberlo, entraban al principio del fin. Miles de mujeres y niños inicialmente, y cualquier persona judía, más adelante iban a ver por última vez la luz del sol. Iban a morir envenenadas por el Zyklon B.
Vagón de tren, crematorio destruido y placa conmemorativa |
En la actualidad, todos los edificios están destruidos, dinamitados por el propio ejército nazi para intentar borrar todas las huellas del genocidio, y poco antes de entrar las tropas rusas, aunque se conservan las ruinas para que no olvidemos lo que allí se produjo.
Dejamos Auschwitz-Birkenau no sin antes volver a leer el mensaje que aparece reflejado en la Placa conmemorativa ubicada a la entrada del Campo y que dice en distintos idiomas:
Dejamos Auschwitz-Birkenau no sin antes volver a leer el mensaje que aparece reflejado en la Placa conmemorativa ubicada a la entrada del Campo y que dice en distintos idiomas:
Por siempre deja que este lugar
sea un llanto de desamparo,
una advertencia a la humanidad,
donde los nazis asesinaron alrededor de
1 millón y medio de hombres, mujeres y niños,
en su mayoría judíos de distintos países de Europa
Ya por la tarde, y con una sensación rara en la que, hasta se nos había quitado el hambre, emprendimos nuestro viaje de regreso al hotel, en un respetuoso silencio, recopilando la cantidad de imágenes que se nos habían quedado grabadas en nuestra retina durante la visita, e intentando superar en cierta medida la tristeza que nos había embriagado toda la mañana.
Pero todavía nos faltaba hacer una parada de obligado cumplimiento, en el pueblo natal del Papa Juan Pablo II, donde básicamente dimos una vuelta por la plaza del pueblo donde se encontraba la basílica construida en su honor.
Jornada 5
El quinto día lo dedicamos a visitar el Parque Nacional de Ojcow y su castillo.
Seguramente desconocido por la mayoría de las personas que visitan Krakow, a muy poquitos kilómetros se encuentra el Parque Nacional de Ojcow. Un entorno formado por el Río Pradnik a lo largo de los siglos que ha moldeado un valle repleto de formas rocosas y cuevas de especial interés.
Mezclar turismo y naturaleza nos permite hacer un alto en el camino y durante un jornada planificar una ruta de senderismo desde el pequeño pueblecito de Ojcow, sencilla, de unos 8 Km para ver por ejemplo la Cueva del Rey o la Cueva Oscura, las ruinas del Castillo de Ojcow, construido por el Rey Kazimierz el Grande en el siglo XIV para defender la ciudad de Krakow. Mas alejado se puede visitar el Castillo de Pieskowa Skala.
Seguramente desconocido por la mayoría de las personas que visitan Krakow, a muy poquitos kilómetros se encuentra el Parque Nacional de Ojcow. Un entorno formado por el Río Pradnik a lo largo de los siglos que ha moldeado un valle repleto de formas rocosas y cuevas de especial interés.
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Capilla, Ruinas del Castillo de Ojcow y pueblo de Ojcow |
Mezclar turismo y naturaleza nos permite hacer un alto en el camino y durante un jornada planificar una ruta de senderismo desde el pequeño pueblecito de Ojcow, sencilla, de unos 8 Km para ver por ejemplo la Cueva del Rey o la Cueva Oscura, las ruinas del Castillo de Ojcow, construido por el Rey Kazimierz el Grande en el siglo XIV para defender la ciudad de Krakow. Mas alejado se puede visitar el Castillo de Pieskowa Skala.
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Castillo de Pieskowa Skala |
Jornada 6
El quinto día, de vuelta al Aeropuerto, hicimos una visita fugaz para visitar Warsowa, el Museo de Marie Curie y el centro histórico de la ciudad.
Después de hacer caso al GPS, y tras encontrarnos unas obras que nos impedían seguir con el coche, decidimos tirar de nuestros instintos, aparcar bajo la sombra de un árbol, en una calle rodeada por increíbles jardines, y seguir andando. Un éxito la decisión, ya que a escasos 700 metros, nos encontramos frente a las puertas del Museo, primera parada imprescindible si tu vida estudiantil y laboral ha girado en torno a la ciencia y tecnología.
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Fachada e interior del Museo de Marie Curie |
Como era relativamente pronto, y ya habíamos comido por el camino, aprovechamos el buen día que hacía en la capital polaca para pasear por el centro histórico, a través de la misma calle peatonal donde se encuentra el museo. A pocos metros nos encontramos con la Barbacana y la muralla de la ciudad y la Plaza del Mercado con la escultura de la Sirena, que si bien no es tan famosa como otras sirenas, no deja de ser el centro de atención de la plaza.
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Plaza del Mercado, Monumento a la Sirenita y Palacio Presidencial |
Finalmente, terminamos en la Plaza donde se encuentra el Palacio Presidencial.
Gracias por estas palabras sobre mi país! Un texto muy interesante!
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