viernes, 14 de noviembre de 2014

Escapada Romántica a VENECIA y MILAN

Escápate con tu pareja de forma romántica para ver Venecia y Milán en tres días



 
Después de años viendo crecer a tus hijos, dedicándoles todo tu tiempo, y ahora que la más peque lamentablemente y aunque es ley de vida, ha dejado de ser tan peque, es el momento de hacer una escapada romántica con tu "pareja". Y que mejor lugar, que en Venecia, recorriendo sus calles y canales. Si además, vas con tu hermana, tu madre, tus cuñados, y   un grupo extraordinario de buena y divertida gente, el viaje se puede convertir en toda una gratificante experiencia que te permitirá durante los tres días de duración, un disfrute al máximo de la ciudad de Venecia y también  de Milán.




El Primer Día, si has decidido viajar con EasyJet, tendrás que ir a Milán, al Aeropuerto de Malpensa.  Allí te dejarán en la Terminal 2, prácticamente reservada en exclusividad  para esta compañía.
 
El problema que tiene este aeropuerto es que se encuentra a 50 Km del centro de Milán por lo que tendrás que coger el tren o un autobús de las múltiples compañías que te ofrecen el mismo trayecto al mismo precio.
 
En el caso del Tren (Malpensa Express), tiene el inconveniente de salir desde la Terminal 1, por lo que peviamente tendrás que ir en autobús gratuito hasta ella para poder cogerlo (tarda unos 15 minutitos). El tren te dejará en alguna de las dos principales estaciones de Milán, Milano Central o Cadorna-Milano Nord. La duración del trayecto es de 1 hora y 15 minutos aproximadamente y su precio es de unos 12 euros. ¡Ojo con los horarios!, porque el último tren a la Estación Central sale antes de las 23:00.
 
Si te decides por el autobús (Malpensa Shuttle), en la misma Terminal 2 tienes los mostradores de las distintas compañías para sacar el billete, que por 10 euros y una duración de unos 40 minutos, te dejan en la puerta de Milano Central. Pese a que son numerosas las páginas de tursimo que recomiendan el Tren, yo personalmente me decanto por esta fórmula del autobús.

Dependiendo de la hora a la que llegues a Milán, podrás aprovechar el primer día para dejar las maletas en el Hotel y recorrer los lugares más representativos que luego comentaremos. Si llegas tarde, lo puedes dejar para el cuarto día. 


El Segundo Día, cogemos el Tren desde Milán hacia Venecia Sta. Lucía, con una duración de unas 2 horas y media. Si salimos prontito, sobre las 9 de la mañana, a las 11 y media podremos estar en el Hotel, hacer el Check in y empezar la aventura veneciana sin perder ni un minuto más


Rio de Barrio Cannaregio

Aunque nuestro corazón nos pide acudir a la Plaza de San Marcos como primera parada obligada, ir por la mañan no deja de ser una verdadera aventura, entre los miles y miles de turistas y cruceristas que llegan cada día a la Ciudad. Por eso recomiendo empezar a "patear" Venecia y disfrutar del continuo monumento artístico que supone una ciudad de tantos y tantos años de historia.

Nosotros comenzamos desde el Hotel Continental por Rio Terá Lista di Spagna hacia la Chiesa di San Geremia, donde se encuentra el cuerpo incorrupto de Santa Lucía.

De ahí, cogemos una vez pasado el primer gran puente, Rio Terrá Farsetti, Rio Terrá Maddalena, Campo Santa Fosca donde está la Chiesa di Santa Fosca, y Str. Nuova hasta la Chiesa dei Santo Apostoli, donde es impresionante el campanile, de los mas altos de la ciudad.

Chiesa dei Santo Apostoli

A partir de aquí, tenemos que callejear siguiendo las indicaciones hasta la propia Plaza San Marcos. Hasta aquí nos da para buscar un restaurante y comer algo, aunque ojo con las ofertas culinarias, ya que la bebida no suele estar incluida, al igual que las típicas bolsitas de barritas de pan duro, que te las ofrecen como si fueran gratuitas y luego te dan el palo a la cartera.

Por la tarde, merece la pena volver sobre nuestros pasos, pero esta vez pasando por el Ponte do Rialto, y hacer unas compritas en los numerosos puestos y tiendas de la zona.



Ponte do Rialto

Luego merece cruzar al barrio de San Polo donde te puedes perder entre sus innumerables callejones estrechos, solitarios, y si la tarde se nos ha echado encima, incluso oscuros, que hace del paseo una experiencia única. Tranquilo que pese a lo tétrico que puede parecer, en ningún momento sientes inseguridad.

 
Barrio de San Polo

Cruzando el Campo San Polo, llegaremos a la Basílica de Santa María dei Frari, una de las iglesias más grandes de Venecia y considerada basílica menor desde 1929. Mandada construir por los franciscanos y terminada a mediados del siglo XIV, está construida con ladrillo, y pese a su simpleza exterior, típica de las construcciones venecianas de la época, sus espacios interiores, de estilo gótico, nos llevan al explendor veneciano, con el mausoleo de Tiziano y el coro de madera con adornos de marmol.

De aquí, callejamos nuevamente hasta llegar a Rio Marín, donde disfrutarás de un agradable paseo aprovechando el ocaso, con su tenue luz, junto a un precioso canal rodeado de edificios y palacetes de una exquisita arquitectura. Sin darnos ni cuenta, llegamos en un abrir y cerrar de ojos al Ponte degli Scalzi, junto a nuestro hotel.

El Tercer Día, nos esperaba un itinerario bastante completo. Aquí el grupo se dividió en función de gustos. Un grupo se fue a ver el Barrio Cannaregio para coger un Vapporetto hacia la Isla de Burano (el viaje dura unos 40 minutos).


Gran Canal
Otros cogimos junto al puente de las Descalzas el Vapporetto para recorrer el Gran Canal y poder ver su gran oferta arquitectónica.


Gran Canal


Y terminar en la mismísima Plaza de San Marcos antes de que llegasen los cientos de miles de turistas. 

 
Plaza de San Marco

Sin gente pudimos ver el Ponte dei Suspires que cruza el Rio Di Palazzo, y donde los presos que pasaban desde el Palacio Ducal hasta la antigua prisión de la inquisición, suspiraban al ver por última vez en su vida la luz del sol y el mar, entre los minúsculos agujeritos que formaban los ventanucos del puente.

Ponte do Suspires

Ya en la Plaza de San Marcos, es inevitable tomarse un exquisito café en la Cafetería Florian, y aunque el precio es desmesuradamente caro, observar la plaza, sus paseantes y  cómo se va inundando poco a poco por el fenómeno de acqua alta, no tiene precio.

 Antes de dejar la plaza, podemos ver el Palacio Ducal, subir al Campanile (torre mas alta de Venecia) y la Basílica de San Marcos, y por qué no, asistir si es domingo a misa, con la peculiaridad de hacerlo en Italiano, pero con un coro de fondo que hará las delicias de cualquier cristiano que se precie.

Desde aquí, nos podemos adentrar en el barrio de San Marco, hasta llegar al Campo Santo Stefano, donde podremos comer algo en las numerosas terrazas o restaurantes. Pero si todavía es pronto para eso, podemos cruzar el Ponte dell´Academia, para pasar al barrio de Dorsoduro, donde es imprescindible visitar la Basilica de Santa Maria della Salud, destacando la riqueza de sus fachadas y las enormes volutas que parecen sostener la cúpula.

 
Basílica de Santa María della Salud

 
Si andas un poquito más, puedas llegar hasta la Punta della Dogana y poder disfrutar de la laguna y las vistas tanto de la Plaza de San Marco, así como de la Isla de San Giorgio Maggiore y su basílica.



Punta della Dogana

San Giorgio Maggiore

Ya de vuelta, hacemos una actividad imprescindible para todo aquel turista veneciano que se precie: paseo en Góndola, así que desde la Plaza San Marco cogimos varias Góndolas entre todo el grupo que nos habíamos juntado.

Nuestra estancia está llegando a su fin, por lo que volvemos al hotel para cambiarnos y quedar con todo el grupo para cenar en el Restaurante Al Colombo, junto al Ponte do Rialto.

 



 El Cuarto Día, si no nos dió tiempo a ver Milan el primer día, podemos coger el Tren prontito, sobre las 8:5o horas, y con toda la tristeza del mundo, dejar Venecia en dirección a Milán. Serán unas dos horas y media, momento que dará para recordar todos los los buenos momentos que hemos pasado y las maravillas de las que hemos sido partícipes y que seguramente marquen un antes y un después en la vida de cualquier amante de la historia y el arte.

Según llegamos a Milan Centrale, podemos coger el metro, línea amarilla en dirección San Donato. Después de 3 estaciones, llegamos al Duomo



Duomo
 Lo primero que tenemos que hacer es ver la Catedral (por 2 euros, te ponen una pulsera y puedes hacer todas las fotos que quieras con flash). En uno de los laterales, se encuentra el acceso a la cubierta.

Galerías Vittorio Emanuele II
 
Cuando nos hayamos saciado del arte y la belleza arquitectónica del Duomo, podemos dar una vuelta por las Galerías Vittorio Emanuele II , construidas en el siglo XIX, y cuyo atractivo son las dos naves en forma de cruz que confluyen en una plazoleta central con bóveda acristalada. Al otro lado de las Galerías, se accede a la Piazza della Scala, donde se encuentra el Teatro della Scala.

Desde el mismo Doumo podemos ir paseando hasta el Castillo de Sforzesco aunque es un paseito (casi dos kilómetros), o bien coger la línea roja de metro hasta la estación Cadorna FN. Merece la pena comer algo en la zona (hay numerosos lugares donde te preparan unos bocadillos fantásticos).

Si además, hemos reservado con tiempo y no es lunes (cerrada), podemos ver uno de los frescos más importantes de Leonardo Da Vinci, "La Última Cena", en la Iglesia de Santa María della Grazie, construida en el siglo XV, en pleno apogeo gótico.

Desde aquí, podemos volver hacia la Estación Central o coger el Tren en la Estación Cadorne hacia el Aeropuerto.

 
 
 
Tanto el Hotel Mediolanum en Milán, como el Hotel Continental en Venecia, ambos de 4 estrellas, son hoteles sencillos, (nada comparables con los cuatro estrellas de España), cuya ventaja se encuentra principalmente en la cercanía a las estaciones de Milano Central y Sta. Lucía respectivamente, lo que hace que nuestras aventuras en las dos ciudades comiencen sin perder tiempo en desplazamientos, taxis, etc...

Si bien el primero de ellos, en Milán es más nuevo y moderno, el de Venecia está algo más abandanodo, aunque con las continuas inundaciones de algunas zonas, hacen complicado mantener las instalaciones en perfecto estado. 

Los dos se encuentran en zonas tranquilas, pudiendo descansar perfectamente, y ofrecen unos ricos desayunos tanto salados como dulces que sin mucho lujo recargarán nuestras pilas para los ajetreados días que tendremos.
 
 

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