miércoles, 1 de agosto de 2012

TENERIFE, Isla mágica

 

La Isla de Tenerife, posiblemente la más bella de todo el archipiélago canario (con permiso de Lanzarote), más cerca que nunca.
 

 




Pasar 15 días en la Isla de Tenerife da para mucho, y en esta guía te voy a recomendar aprovecharlo al máximo y ver el mayor número de lugares y monumentos de interés.

 


 






Pese a que la isla la vimos en dos viajes con una diferencia de un año, la idea finalmente resultó acertada ya que nos permitió terminar de ver todo lo que nos habíamos propuesto.
 



Teide


Y así el primero lo quisimos hacer al final del verano, como una escapada y sobre todo con el fin de subir con el peque al Teide, así que cómo no íbamos a estar muchos días, elegimos el Puerto de la Cruz desde nos permitiese movernos con facilidad por la zona norte de la isla. 

 
El alojamiento fue el Hotel Las Águilas, en lo alto de una montaña a la entrada del Puerto de la Cruz. No es el hotel ideal si el planteamiento es ir a la playa, pero si vas con niños, tienen unas habitaciones tipo apartamento, con dos habitaciones, dos baños, un salón descomunalmente grande y una terraza también grande. 
 
Si además eliges orientación este y la panza de burro te lo permite (nubes que cubren toda la Orotava), puedes tener unas vistas al Teide espectaculares.   
 
El segundo viaje a la isla, lo hicimos al año siguiente con la idea de pasar 10 días en un Hotel con todo incluido, en el sur, así que huyendo de las masificaciones, elegimos un buen hotel en Puerto Santiago, junto a los acantilados de Los Gigantes. Desde allí pudimos ver la parte que nos faltaba del sur. 







El mismo día que llegamos, por la tarde, hicimos la primera excursión a Icod de los Vinos, no muy lejos del Puerto de la Cruz, para ver el Drago Milenario.






Drago Milenario en Icod de los Vinos

A la mañana siguiente, bajaríamos a Garachico, para bañarnos en las piscinas naturales, pese a que el tiempo no nos acompañó mucho. Por la tarde, tuvimos tiempo para dar un paseo por el casco urbano del Puerto de la Cruz y prontito al hotel ya que el día siguiente con la subida al Teide nos esperaba una buen "paliza".

Y aunque la entrada de la subida al Cráter la teníamos reservada de 11 a 13, decidimos emprender el ascenso al parque nacional antes para evitar que las masas de turistas provocasen las largas colas para coger el funicular y nos amargasen el día. Por eso, madrugamos y poco más tarde de las 10:00 ya estábamos en la base del cráter para comenzar a subir.

Subida al Cráter del Teide


Finalmente, y no sin un gran esfuerzo y dificultad por eso de la hipertensión, falta de oxígeno, pésima forma física y el fuerte olor a azufre, y como hice con mi padre por primera vez hace 25 años, conseguimos llegar a la cima, 3718 metros de altura, y que maravilla.
 
Han sido ya cuatro las veces que he finalizado con éxito esta pequeña hazaña, pero esta, tal vez porque iba con mi peque, resultó ser algo especial. Además tuvimos la suerte de estar en la cima solos, por lo que pudimos recrearnos en las vistas, rodeando prácticamente todo el cráter y pudiendo tener una panorámica de casi 360º.



Vistas desde el Cráter del Teide
 
Ahora entiendo lo que pueden llegar a sentir los escaladores de esas grandes cimas tras un esfuerzo meteórico. Es un silencio, una soledad, una paz contigo mismo y con los elementos de la naturaleza, un sentimiento de respeto por lo que pequeños que somos frente a la grandiosidad de ese magnífico paisaje. Respiras profundamente una y otra vez y desearías que el tiempo se parase. 
 
Por la tarde, un paseito por Santa Cruz de Tenerife, relajados para poder recuperarnos sentados en una terraza. 
 
Una de las excursiones que recomiendo si visitas Tenerife, y que te hace pasar todo el día fuera aunque terminas algo cansado de coche, es subir al Parque Nacional de las Cañadas del Teide entrando por La Esperanza (el desvío se encuentra junto al Aeropuerto de Los Rodeos). La subida por aquí, una vez conocida la subida por La Orotava, es preciosa, pasando de una zona de gran vegetación, a una árida y rocosa a partir de una altura determinada, pasando cerca del observatorio astronómico. 
 
Después de atravesar todas Las Cañadas, puedes bajar por el oeste, hacia Santiago del Teide, por un bello paisaje de lava formado por el volcán Chinyero, el último que entró en erupción en la isla, a principio del 1900.

 
Volcán Chinyero con el Teide de fondo

Desde aquí podemos bajar a darnos un baño en Puerto Santiago inicialmente, en su playita de negras arenas finas con la magnífica estampa de los Acantilados de Los Gigantes de fondo. 
 


Acantilados de Los Gigantes desde Puerto Santiago

A continuación subimos nuevamente a Santiago del Teide para ir a Masca. La carretera es de infarto por lo que si no eres buen conductor o tienes vértigo, no te recomiendo ir por ella. Aun así, a medio camino tienes un mirador desde donde puedes contemplar la postal con el pueblecito de Masca al fondo.


Masca
 
 Desde aquí hay una excursión que puedes contratar y que consiste en bajar andando por el Barranco de Masca hasta la Playa de los Piratas, donde un barco de recogerá. El recorrido transcurre por un sendero que en algunas zonas se hace algo complicado y que si no estás preparado para ello no lo recomiendo. 
 
Aun así, hay muchos foros en los que debido a los derrumbamientos que hay continuamente en la zona de los acantilados, por el tipo de roca volcánica, desaconsejan bajar por estos barrancos, por lo que hay que extremar la precaución. 
 
Si seguimos la carretera de Masca, pasamos por El Palmar y comenzamos la bajada de la montaña hasta Buenavista del Norte, donde podrás bañarte en las calitas empedradas junto a Punta Negra. 
 
Pese a que te lo presentan como si nada en la oficina de turismo de Buenavista y las vistas son espectaculares, bajo ningún concepto te recomiendo ir a punta Teno, ya que la circulación por la carretera que nos lleva hasta allí está prohibida por desprendimientos. Os puedo asegurar que lo intenté, aunque el año anterior había muerto un turista alemán al caerle unas rocas, pero vimos que algún coche la cogía. Sin embargo, a medio camino, una vez pasado el primer túnel cavado en la montaña, vimos tantas piedras sobre la carretera que nos dimos la vuelta. 
 
No merece la pena jugársela y confío que tarde o temprano, acometan las obras necesarias que garanticen la seguridad de los vehículos y sus ocupantes que quieren ir a ese bello lugar. 
 
Finalmente es importante visitar Candelaria y comer en alguno de los muchos restaurantes su pescadito y sus papas arrugadas.




Catedral de Candelaria



Por la tarde podéis visitar el cercano valle de Güimar.

 

Monumentos en Candelaria





Por último, y aunque reconozco que no dio tiempo para más, la zona norte de la Isla, por las Montañas de Ánaga, y su Monte de Las Mercedes. Una jornada de viaje en coche pasando por unas carreteras de innumerables curvas. 
 
 
 
Como habéis podido comprobar, en 10 días se puede ver la isla de Tenerife si te organizas bien, y puedes hacer infinidad de rutas y excursiones con los peques, y senderos algo más complejos para los amantes del senderismo y el deporte.







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