lunes, 1 de abril de 2013

Descubre SORIA

Una de las provincias más desconocidas y más bellas de nuestro pais.

 


Desde que tenía 7 años, he visitado esta zona de España, al noroeste de la provincia de Soria y siempre me ha fascinado sus inmensos y  frondosos pinares, así como su sistema de conservación que ha permitido mantener sin un solo incendio relevante toda la comarca.
 
Con esta Guía pretendo acercaros esta maravilla  para aquellos amantes de la naturaleza, así como transmitiros mis experiencias a lo largo del tiempo y algunos consejos que os permitirán ver paisajes nunca vistos.
 











En primer lugar, hay que ver por dónde se puede ir desde Madrid, ya que podemos elegir ir a través de la A2 o bien a través de la A1, aunque os recomiendo ir por una y volver por la otra, ya que aprovechareis en mayor medida el viaje.
 
Si vais por la A2, os teneis que desviar en Medinacelli, parada obligada para tomar un café o bocata, y aprovechar para subir a la villa cuyo casco histórico está declarado bien de interés cultural, para ver, entre otras muchas cosas, el arco romano datado en el siglo II o III, la colegiata de estilo gótico, del siglo XVII, una talla del Cristo de Medinaceli del siglo XVI, un órgano del siglo XVIII, el convento de Santa Isabel, fundado en 1528 por las monjas Clarisas y el palacio de los Duques de Medinaceli, del siglo XVII.
 
Ya camino de Soria, atravesamos varios pueblos también de interés, como Almázán o Lubia, hasta rodear la Ciudad de Soria, para coger la carretera que nos llevará hasta Abejar.  Durante los 26 Km aproximadamente que nos separa este trayecto, nos acompaña a la derecha un sistema montañoso que desde que era pequeño le llamaba la "montaña del Km" y que nos permite atravesar, sin desviarnos de la propia carretera, pueblecitos como Toledillo, Cidones, etc..
 
Es aquí donde encontramos un primer desvío que nos llevará por una carretera no muy buena hasta Vinuesa, atravesando la Presa del Pantano de la Cuerda del Pozo, por donde discurre el Río Duero. Salvo que querais ir a la aventura y no os importen las curvas, no recomiendo este trayecto, por lo menos iniciamente.
 
Pasado Abejar, tenemos nuestro desvío, donde el paisaje cambia radicalmente y nos adentramos en  la tierra de pinares.
 

Antes de llegar al embalse, aparece a nuestra derecha el acceso a la "Playa Pita", lugar de recreo para los lugareños y turistas, donde a falta de playa, podemos disfrutar de una zona del pantano con arena fina y acceso gradual al pantano. Ideal si vamos en verano, aunque os recomiendo, si os bañais allí, no olvidar nunca que no es una playa convencional, es un Pantano, con los peligros que ello conlleva.
 
Si seguimos nuestro camino por los pinares, llegamos al puente que atraviesa el pantano, desde donde se observan los restos del puente de la antigua carretera... tranquilo que si no lo ves significa que el nivel del pantano es alto y por tanto no nos tendremos que preocupar por próximas sequías.
 
El siguiente punto es Molinos de Duero y Salduero, donde podreis pecnoctar si lo deseais en varias casas rurales, aunque yo destaco el Hostal Las Nieves, donde además de poder dormir comodamente con una buena relación calidad precio, podreis comer estupendamente en su restaurante.
 
Desde aquí podemos seguir hasta Covaleda o bien ir hacia Vinuesa, ambas trayectorias implicarían en todo caso varios días de excursión para poder verlos bien.

Si vamos a la derecha, rodeando el pantano, llegamos a Vinuesa, donde merece la pena aparcar el coche y subir andando por sus calles hasta el casco histórico.

Desde Vinuesa, sale la carretera hacia Montenegro de Cameros, aunque a 12 Km aproximadamente, tenemos el Punto de Nieve de Santa Inés, que si bien es sencillote para los amantes y expertos de la nieve, permite pasar un buen rato con los más peques y sus trineos. Desde allí salen marchas organizadas que llegan incluso hasta el propio Pico de Urbión.


Punto de Nieve Santa Inés



Pero antes de llegar a Montenegros de Cameros, saliendo de  Vinuesa, tenemos el desvío hacia la Laguna Negra, punto imprescindible de toda visita a esta tierra de Pinares.
  
Tras dejar el coche como buenamente puedas, tienes una subida de unos 2 Km hasta la base de la Laguna. Hoy en día, solamente se puede visitar una zona habilitada para tal fin (la mano del hombre hace estragos en este tipo de parajes naturales), aunque recuerdo mis años de niñez, rodeándola e incluso bañándome en esas gélidas aguas con mi padre. 
  
El año pasado tuve la suerte de, por primera vez en las innumerables veces que he subido a la Laguna Negra, verla helada, de tal manera que incluso algún perrillo podía pasear por sus aguas heladas.
 


Laguna Negra helada
Desde su base, sale un camino que sube hacia el Pico de Urbión, aunque no se lo recomiendo a personas sin experiencia, ya que la subida desde Covaleda es bastante más asequible y sencilla.


Macizo del Urbión desde Laguna Negra

Y es que si desde Molinos de Duero, sentido opuesto a Vinuesa, cogemos una preciosa carretera que se mueve con la propia montaña, subiendo a contracorriente el Río Duero, en sus primeros tramos, llegamos a Covaleda, en las faldas del Pico de Urbión.
 
En Covaleda se destaca el Puente de Sto. Domingo, datado en el siglo XII y los restos de Calzada Romana a ambos lados, y el Puente de Soria, del Siglo XVII. A la salida de Covaleda, en el Polígono Industrial cuya actividad principal como no podía ser de otra manera es la manufactura de la madera, sale el camino forestal que sube hacia el Pico de Urbión, aunque desde hace varios años, el coche lo tienes que dejar a una distancia bastante considerable, lo que hace que el trayecto a pie se haga bastante mas largo, comenzando todavía en la zona de pinares.
 
Si seguimos la carretera hacia Burgos, llegamos a Duruelo de la Sierra, primer pueblo con el que se encuentra el Río Duero desde su nacimiento, y famoso por su necrópolis descubierta en el suelo de la Iglesia de San Miguel Arcángel, cuyos inicios se datan del siglo X, y alrededor de la cual también se puede observar una necrópolis. Todavía recuerdo hace muchos años, las obras en el interior del templo cuando se descubrió que se había construido sobre una necrópolis.
 
No obstante, antes de entrar en el pueblo, sale una carretera a la derecha que sube por la cuenca del Río Duero hasta un lugar mágico que hacen llamar Castroviejo. Una zona de enormes formaciones rocosas moldeadas por la naturaleza, donde se puede pasar el día en sus merenderos. Sobre una de estas rocas, hay un mirador desde donde se puede observar todo el valle con todos sus municipios.

 Detrás de nosotros, tenemos las dos moles montañosas que protegen al Pico de Urbión y que erróneamente hacen que se le llame "Picos de Urbión".

 
 





Macizo del Urbión desde Duruelo de la Sierra

Antes de llegar a Castroviejo, a la derecha sale otra carretera que sube a la Fuente del Berro y posteriormente a los PRados de Miguel, desde donde sale un sendero que para los más expertos del lugar, les llevará al Pico de Urbión (No se lo recomiendo a personas que no tengan experiencia ya que es muy probable que se termine perdiendo).

Si seguimos la carretera de Castroviejo, a unos 800 metros, sale un sendero a la derecha que sube hasta Cueva Serena o cueva del Taurum, llamada así porque la descubrieron con un toro en su interior. Por la roca que forma el techo de la misma cae un hermosa cascada de agua, que hacen del lugar un sitio de una belleza y serenidad extrema, tal y como indica su propio nombre. 

Dejamos Duruelo de la Sierra,  y seguimos la carretera para adentrarnos en tierras burgalesas (ver cápítulo de Mancomunidad Alta de Pinares), aunque antes de ello, a la izquierda, y seguramente cerrado por una barrera, se encuentra un camino forestal que sube a Cabeza Alta (repetidor de TV), desde donde, no sin antes sortear pedruscos, se divisa espectacularmente todo el macizo del Urbión. Por este camino se llegaría a Navaleno y  San Leonardo de Yagüe, aunque no lo recomiendo por su estado y por lo fácil que es perderse entre tanto camino que sale a ambos lados. Reconozco que yo lo he hecho en varias ocasiones con Todoterreno y en ambos sentidos, pero eran otros tiempos.
 
 

A poquitos Kilómetros del Burgo de Osma, se encuentra un pequeño pueblecito, Ucero, que hace de entrada oriental al Cañón del Río Lobos. Un entorno natural moldeado por la propia naturaleza a lo largo de los siglos, producida por la erosión del río sobre la piedra caliza, que permite recorrer sus prácticamente 25 Km de diferentes maneras (a pie, en bici, a caballo, etc... pero siempre con vehículos no contaminantes).

Lo normal es comenzar por la entrada de Ucero, a través de su centro de interpretación, para después de unos 3 Km, llegar a la zona más transitada, la Ermita de San Bartolomé de Ucero, del siglo XIII, y según los escritos encontrados, pertenciente en la época al Temple. Está construido sobre los que parece fue un imporante lugar de culto.
 
Ermita de San Bartolomé
Merece la pena pararse a observar el ábside y los dos resotones, uno a cada lado, con influencias musulmanas.
 
Frente a la ermita, vigilante, la Cueva Grande, a la que se accede cruzando el Río por un puente.


Ermita de San Bartolomé


A partir de este punto, comienza la aventura del Cañón ya sin tanto público, donde el silencio te hace mezclarte con la naturaleza y formar parte de los elementos. Es un momento mágico, inolvidable, que te hace querer repetirlo una y otra vez, a pie, en bicicleta, da igual. La idea es disfrutar de algo tan hermoso que nos brindan y que seguramente te hagan encontrarte a tí mismo.
 
Cuando finalizas el recorrido, da igual al cabo de 25 Km o de 12 Km, te quedas vacío pero a la vez contento de pensar que siempre tendrás un lugar mágico al que poder acurdir para hacerte sentir mejor persona.
 
El punto intermedio más o menos, se encuentra a unos 9 Km de la Ermita, en el Puente de los Siete Ojos, por donde cruza la Carretera desde Santa María de las Hoyas a San Leonardo de Yagüe.


Cañón del Río Lobos desde el Puente de los Siete Ojos

A partir de este punto, desconocido para mí, te adentras en caminos algo más abruptos, que se hacen más complicados para ir en bicicleta, pero que sin duda serán un reto próximamente.
 
El Cañón, pese a que finaliza cerca de Navas del Pinar, se sale por Hontoria del Pinar, al cabo de 12 Km más.
 








Dejando Duruelo de la Sierra atrás, nos adentramos en tierras burgalesas, y el primer pueblo que encontramos es Regumiel de la Sierra, con su Iglesia de San Adrián Mártir del siglo XVI rodeada por su necrópolis mozárabe, y sus huellas de dinosaurio, descubiertas en 1986 y nada envidiables a las famosas huellas de Enciso en La Rioja, aunque en peor estado de conservación.

El siguiente municipio sería Quintanar de la Sierra, aunque antes de llegar, a su derecha (a la izquierda se va a Canicosa de la Sierra), se accede por un camino forestal a una espectacular necrópolis, la de "Revenga", que se haya en medio de un pinar. Aunque despacito para no dañar los bajos del vehículo, merece la pena desviarse.

Si cruzamos Quintanar, la carretera nos lleva, tras pasar por un puertecillo, se puede bajar a Neila, precioso municipio que se encuentra en el fondo de un valle, o subir a las Lagunas del mismo nombre, punto obligado de subida de la vuelta ciclista a Castilla Leon, por sus rampas tan empinadas.

La carretera finaliza en Salas de los Infantes, donde es obligado sobre todo si vais con niños, visitar el Museo de los Dinosaurios, en la Plaza del Ayuntamiento, aunque hablaremos más a fondo de este municipio en la Guía de la zona de Burgos.

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