martes, 31 de diciembre de 2013

BURGOS tierras del Cid Campeador

Unas Navidades en Burgos es una experiencia digna de los más atrevidos - lo digo por el frío que hace - pero os puedo asegurar que merece la pena siempre en familia y bien acompañado

 

 

 Todo empezó hace ya unos años cuando decidimos hacer algo diferente, cansados de estar en Madrid haciendo siempre lo mismo en las Navidades, pero esta vez, al haber crecido la familia considerablemente (nuevos miembros), el inconveniente era mayor.
 
 
Por eso decidimos buscar algo diferente, y aunque un sector de la familia era partidario como habían hecho anteriormente de ir a la playa, la verdad es que yo eso de comerme el turrón junto al mar, a 25 grados de temperatura, no lo veo (que me perdonen los canarios que estoy convencido que ellos ya están más que acostumbrados).
 
El caso era buscar algo realmente frío, y si podía ser con nieve mejor. Mi generación creció con el vídeo del grupo Wham y su "Last Christmas".
 
 
Por eso decidimos elegir un año Soria y al año siguiente Burgos, y es aquí donde empieza mi historia, en el lugar donde las malas lenguas dicen que el frío se fabrica.
 
 
El primero de los dos años que hemos ido a tierras burgalesas, elegimos la Nochevieja en Santo Domingo de Silos, y el segundo año la Nochebuena en Caleruega.
 


Santo Domingo de Silos es un pequeño pueblecito, en el que tal vez por el tirón turístico del Monasterio, han sabido cuidar al máximo la arquitectura de sus casas y pasear por sus calles, acompañado del frío invernal, se hace una experiencia fantástica, si bien es verdad que siempre y cuando te espere a la vuelta, una chimenea encendida y el calorcito del lugar donde te puedas hospedar.

Es muy importante tener en cuenta que para pasar unos días en invierno en estos parajes, es imprescindible disponer de un alojamiento con una buena chimenea, ya que uno de sus encantos se encuentra en contrastar el frío del lugar con el olor y el calor de la chimenea.




Monasterio de Santo Domingo de Silos
Visitar el Monasterio de Santo Domingo de Silos implica por un lado disfrutar de una belleza cultural y por el otro, asistiendo a las misas cantadas por los monjes, un encuentro espiritual que te traslada al medievo, y te centra sin mayores lujos ni ornamentos, en la oración.

El interior del Monasterio y su claustro es sencillamente espectacular - y mira que he visto claustros en mi vida -. Pero este tiene algo especial, tal vez porque puede ser uno de los Monasterios más importantes de este país, o tal vez por el propio nombre, o por el frío con el que recorres sus pasillos, pero en definitiva, es maravilloso poder disfrutar de joyas arquitectónicas de estas características.

Para los amantes de la ciencia, no perdáis detalle en la Botica del Monasterio.
 

Claustro del Monasterio de Sto. Domingo de Silos


Si queréis ver unas vistas del Monasterio, hay un sendero que sube hasta la Ermita de la Virgen del Camino, a través  de un calvario, y desde donde se puede divisar de forma panorámica todo el pueblo, incluyendo el recinto monacal.
 



A pocos Kilómetros de Santo Domingo de Silos, se encuentra esta hermosa Villa, Covarrubias, en la que parece que no han pasado los siglos por ella desde el medievo, ya que sus casas han mantenido su arquitectura casi original. Pasear por sus estrechas calles te transporta a épocas remotas y te hacen ser partícipe de la más noble película caballeresca.
 

Arquitectura típica medieval

 
Es famosa por la trágica historia de la Princesa Kristina de Noruega, quien dicen que murió de melancolía, añorando sus orígenes nórdicos. Estamos en el Siglo XIII.
 

Estatua de la Princesa Kristina


 
Pero antes de todo esto, se construyó en el siglo X, el Torreón de Fernán González donde cuenta la leyenda que la Infanta Doña Urraca fue encarcelada y emparedada como castigo a sus amoríos con un pastor.
 
Todos ellos (la infanta Kristina, el Conde Fernán González y su esposa Doña Sancha) fueron enterrados en la Excolegiata de San Cosme y San Damián, extraordinario edificio de la época visigoda, que fue mandado construir en el siglo VII.
 

Excolegiata de San Cosme y San Damián

 
escasos 5 Km de Silos, se encuentra el Desfiladero de la Yecla, un paraje natural que pasa desapercibido ya que se esconde en un lateral de la carretera y la entrada es a través de unas escaleras justo antes de un túnel. 
 



La verdad es que merece la pena hacerlo (no tardas más de 30 minutos) aunque hay que tener cuidado de la época del año, ya que se pueden producir desprendimientos de piedras, o el río puede ir tan alto que puede llegar a la pasarela. Nosotros lo hicimos en Diciembre aunque sin nieve y sin lluvia.
 
Desfiladero de la Yecla
 


Famoso por la Batalla que entablaron el Conde Fernán González  y Abderramán III en el siglo X.
 
Árbol Fosilizado
 
Se pueden encontrar en varios puntos de la villa árboles fosilizados, un rollo jurisdiccional y las ruinas del Castillo que se encuentran junto a la Iglesia de San Pedro, donde destaca su pórtico de gran belleza. Desde lo alto se puede observar el paisaje de la zona, e incluso se divisa a lo lejos la Sierra de la Demanda.
 


Iglesia de San Pedro

 


La zona nos gustó tanto que al año siguiente repetimos, pero esta vez en la villa de Caleruega, a escasos 20 Km de Silos.
 
Una villa repleta de una vida monacal y espiritual, donde destaca el Torreón, monumento datado en el Siglo X, la Iglesia Parroquial de San Sebastián (siglo XII), el Monasterio de Santo Domingo o "Las Monjas" (Madres Dominicas), con su claustro y museo,
 

Entrada al Museo de Santo Domingo de Guzmán y Monasterio de Las Monjas

 
 
Claustro del Monasterio de Las Monjas
En la Iglesia del Siglo XVI, donde destaca el coro separado por una reja y sobre todo la cripta, donde se puede contemplar un espectacular mausoleo.


Mausoleo a P. Manuel Suárez
A la salida del pueblo, en dirección a las Ruinas de Clunia, se encuentran varios complejos de Loberas, aunque recomiendo la ruta/sendero de las Loberas (PRC-BU 69), ya que su dificultad es baja y tiene una distancia de unos 9 Km.

Para los que no lo conocíamos, las Loberas eran construcciones circulares ubicadas en los corrales, donde se guardaban a los rebaños por las noches para resguardarse de los lobos.


Lobera junto a corral


La verdad es que hacía tanto, pero tanto frío este día, sobre todo el aire que hacía descender la sensación térmica unos grados más aun, que pasear por las calles de Lerma resulto ser una odisea.


Fachada del Monasterio de Santa Teresa

Pero aun así, pudimos hacer alguna compra en la Playa Mayor, ver el Palacio Ducal, el Belén gigante que estaba expuesto en el Monasterio de Santa Clara, la tumba del Cura Merino, y la Excolegiata de San Pedro.

Excolegiata de San Pedro
 

La  última parada programada, porque la verdad es que la cosa no daba para más, fue la visita, pese al mal tiempo, a las Ruinas de Clunia.

Pese a que llevábamos documentos de las características de la zona, no nos podíamos imaginar la grandiosidad de las mismas.

Lo primero que te encuentras cuando llegas a Peñalba de Castro y subes al cerro llamado Alto de Castro, es un espectacular anfiteatro que mirando los planos originales y partiendo que la carretera actual destrozó parte de su zona más alta, te das cuenta de sus dimensiones y de la cantidad de gente que podía reunir.

 
Anfiteatro Romano
Una vez que te adentras en la ciudad te vas a encontrar con termas, foro, necrópolis, es decir, todo lo necesario que pudo tener una ciudad que sobrevivió hasta el siglo VII, y que llegó a albergar hasta 40.000 habitantes. 

Restos de la Ciudad Romana de Clunia

Con esta visita a las ruinas de Clunia,  finalizamos nuestro viaje navideño a Silos, Caleruega y sus Alrededores. 
 

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